Anoche soñé con el sonido de tu cara.
Delicada se mecía.
Suenas incomprensible,
como un espejo roto en el suelo,
como un desfile de trompetistas sordos,
suenas como solo los colores saben.
Este es tu canto.
Sinfonía nocturna de geometrías extrañas.
Quiero comprenderte,
comprender tus silencios,
adentrarme en el hueco que generas
cuando te tocas el pelo,
cuando miras al fuego,
cuando no piensas en nada.
Anoche distinguí tu sonido entre el viento,
te reconocí cuando la luz te dio en cara,
cuando sonó la extraña sinfonía.
Que inmensa eres
cuando meces el tiempo,
cuando miras el fuego y suena tu mirada.
David Rey