lunes, 4 de octubre de 2010

Mi corazón palpita...

Mi corazón palpita
sin pedir turno;
mi soledad cabalga
sobre mi regazo, enamorada;

me pide consejos
acerca de retórica
mas yo no le contesto,
tan sólo la escucho,
tan sólo la siento;

escudriñamos cada rincón olvidado
como nuevos amaneceres perdidos
que desatan por dentro suspiros
y enamoran mi alma indígena:

¡ya no teme!
¡ya no lamenta!
¡ya no se compadece!

Entona la percusión sin retorno
y retorna a la danza del fuego,
salpicando un breve taconeo
que despierta mi ser adormecido;

danzando, sin rostro ni vestido,
desnuda replica este compás;
mas sólo escucho lo que siento;
mas sólo siento cuando vivo.

5 comentarios:

  1. Pablo, gracias por tu poema. ¿Ni siquiera tuviste que llamar en ti? Creo que no, que simplemente ocurrió...

    Tu poema me llevó más allá de su propio rima; me llevo a esa música que aveces, sólo aveces, se apodera de nosotros y nos sosiega. Un fuerte abrazo. Me encantó.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Mercurio, me alegro de que te haya gustado, es todo un honor. Simplemente ocurrió, como dices tú. Espero sigamos leyéndonos.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. ¡Hola Pablo!. Vaya: qué lástima que lo última entrada de tu blog sea de octubre. Confío en que tu tiempo de asusencia por "aquí", te esté trayendo cosas buenas por "allá" y, claro, ¡¡Felices Fiestas!!. Mis mejores deseos para el nuevo año. Un abrazo y hasta la próxima...

    ResponderEliminar
  4. Pablo que gusto haberte encontrado, y aquí me he parado en este maravilloso poema. Me gusta todo él, pero la primera y la última estrofa me encantan.
    Oye, un placer muy grande, ojala te vea de nuevo por el Mono.
    Un abrazo. Elda

    ResponderEliminar
  5. Hola amiga!
    Qué grata sorpresa verte por aquí; un honor que te haya gustado el poema, seguimos leyéndonos.
    Un abrazo, poeta.

    ResponderEliminar