El pensamiento intempestivo que se desprende de estas obras puede que se instaure en el lector tras su paso por ellas. Quizá, querido lector, una flecha alcance su mirada; quizá, querido lector, esta flecha lance su mirada hacia horizontes sin decoro ni censura; quizá, y tan sólo quizá, su mirada no vuelva a ser la misma. Si esto ocurre, habremos conseguido nuestro propósito: EL PATHOS DE LA DISTANCIA.
lunes, 31 de mayo de 2010
Máscara
Tu mano, que es la mía,
toca mi cara,
que no sabe si es la mía
o es una máscara.
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