miércoles, 12 de mayo de 2010

Tu vacío

Gota a gota caigo
por el hueco de tu mirada;
gota a gota relleno
tu cuenco vacío.
En él aúlla el viento
recorriendo sus paredes
desiertas,
ahora, son mis pulsiones
líquidas
quienes forman el único
arroyo
entre tanta nada;
antiguos horizontes
yacen inertes
flotando en él,
a la deriva,
cayendo,

por el desagüe del olvido.

¡Qué inmensa nada!
¡Qué inmenso vacío!

Mientras,
construyo un navío
que me saque de este
naufragio.
Con las velas rotas
de tus antiguos deseos
difuntos
navego en busca de un hálito
de vida,
pero sólo encuentro
el eco de tu suspiro,
la voz tenebrosa
de tu acostumbrado quejido,
que ha germinado,
todo tu universo,
de un inmenso vacío.
Lo que antes era
un estado de espera
en espera eterna
se ha convertido...

¡Qué inmensa nada!
¡Qué inmenso vacío!

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